Hay que disfrutar los momentos, disfrutar el día a día, aprender a sentir las cosas, incluso las que parecen menos importantes, porque son aquellas que luego inevitablemente se nos hacen imprescindibles...
" Jugar con el viento, sentir el suelo cuando pisamos, sonreir cuando vemos que está naciendo una planta en el medio de una grieta del asfalto, escuchar música y sin quererlo ponerte a bailar, seguir el recorrido de una gota de agua, caminar mirando tu propia sombra, abrocharte un botón más del abrigo y sentirte más calentito, oler el aroma de cafe cuando pasas enfrente de una cafeteria, sentir como se te derrite en la boca una onza de chocolate, sentir que se te cierran los ojos y acostarte, observar el barro cuando tiene pisadas de zapatillas, sonreir cuando ves un niño pequeño, pensar en el frío que podría estar haciendo fuera mientras te acurrucas en la cama, escuchar el 'click' cuando haces una fotografía, sonreir cuando te ceden el paso al entrar en un autobus, sentir el tejido de la ropa cuando se desliza por tu piel, levantar la vista cuando estás estudiando, suspirar, y darte ánimos para seguir, comerte una manzana y sentir como tus dientes se hincan en su piel, dibujar muelles con un boli sólo porque su punta se desliza bien, escuchar el repicotear de la lluvia en una ventana, abrazar y sentirte bien entre los brazos de la otra persona, golpear un mueble de madera y escuchar su sonido, mirar el fuego incansablemente, dibujar una sonrisa en la cara de un amigo.. "
Son cosas que echaríamos de menos si no estuvieran, cosas puras, cosas que solo con cerrar los ojos nos las podemos imaginar y volver a vivir, así es la vida, por mucho que tengamos un pasado, siempre hay un presente, y en ese presente, podemos cerrar los ojos y volver a vivir nuestro pasado, una y otra vez... Por ello, no podemos cerrarnos, y querer siempre volver a formar parte del pasado, sino que debemos de vivir el presente, porque así nuestro futuro, lo recordará y querrá volver a vivirlo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario